Internet complementará al Papel (Debate segunda parte)
Magníficas reflexiones, es casi seguro que los medios digitales aplicados a la publicación de contenidos tengan ese efecto de modificar hasta cierto punto el mundo editorial, pero hay dos cosas en las que no hemos querido entrar hasta ahora en el debate y otra que se ha comentado aquí:
-¿Por qué se lee cada vez más páginas deportivo-cotilleos-leer-tirar entre la población? ¿Por qué la poesía o la filosofía son cada vez más una pequeñita isla en manos de ese mar de páginas? ¿De qué tipo de sociedad estamos hablando para el futuro, qué ironía ser la generación más preparada y ver la evolución al infinito de la televisión basura?
-Partiendo de que Internet va a ser un medio complementario del papel tradicional, y que ambos van a seguir estando controlados por los grandes Mass Media, la televisión digital y el móvil como medios de comunicación de muchísima mayor penetración entre la sociedad, ¿se convertirán también en grandes máquinas de deglución de contenidos y creadores de opinión llegados los servicios del futuro? El poder de la televisión tradicional sigue siendo formidable, ¿Por qué creer en su destronamiento cuando se transforme, si el número de horas vistas sigue aumentando en todo el mundo, siendo ahora la pasión de los chinos e indios con mejor renta?
La tercera cuestión que se ha planteado es lateral pero muy interesante: ¿Se deben escribir textos que por su extensión o forma esten adaptados a Internet, o uno escribe como a venido escribiendo siempre, y si quiere cuelga un Haiku o una novela corta de 80 páginas? ¿Existe una tipología de lector más impaciente de Internet que el sosegado de biblioteca?
Y un detalle del que han hablado los economistas, es un detalle, pero muy ilustrativo. En los breves atisbos de crisis económica en estos tiempos más modernos: crisis de los mercados asiáticos, 11-S y posterior caída de la confianza del consumidor, minirecesión de 6 meses en EE.UU... se ha notado que la demanda de ADSL o similares era muy sensible, frenándose o siendo eliminada entre los hogares que la disfrutaban en una medida interesante, mientras, los periódicos y libros sufrían unas caídas de la demanda más rígidas, como las de cualquier producto de primera necesidad como el pan. Interesante, si tuviéramos la crisis económica mundial fatal que muchos piensan necesita el sistema para ajustar tantos años de crecimiento, y la vuelta a los ciclos tradicionales... ¿cuantos años podría pararse ese mundo digital si se quiebra completamente la demanda? Que ironía que los periódicos con un precio por unidad resistieran la crisis, como ocurrió en la Alemania de entre guerras con inflaciones del 2500% por mes en ocasiones, donde nacieron incluso nuevos periódicos revolucionarios pagados por los afiliados de diversos partidos o capitales. Yo creo que tampoco se acabaría con el camino emprendido por Internet, este está muy claro y afianzado ya, pero nadie debe olvidar que nació en el ejército de lo los Estados Unidos para comunicar secretamente sus bases y elementos, y que paso a la sociedad civil cuando se le vió superado por otros protocolos.
Más debate que somos capaces de pensar muy bien.
9 Comments:
Me interesa especialmente la primera pregunta acerca de porqué la gente lee masivamente más contenidos, digamos, frívolos. Nuestra forma de vida crea grandes absurdos, como que la gente con mejor posición social busca contenidos más "exclusivos" y variados, y la gente con peor posición económica muchas veces opta por el tirar para adelante y no pensar demasiado, con contenidos más desengrasantes pero vacíos, que amodorran posibilidades de lucha política, económica y social. Eso es al menos lo que yo observo en mi entorno y siempre dejando clara que las estructuras de poder dominantes cada vez están más alejadas y salvaguardadas de posibles "ataques" a pequeña escala. Un aliado ¿involuntario? es la revolución tecnológica, que nos lleva a husmear lo que se mueve en la red, motivándonos y confiando cada vez un poquito menos en lo que se nos oferta. Ahí radica una característica de este tiempo en nuestras sociedades desarrolladas: se nos ofertan tantas cosas, que hay que luchar con fuerza para mantener un criterio propio de demandante. Incluso cada uno de nosotros oferta cada vez más objetos, palabras, ideas, etc., sin apenas esperanza de poso o continuidad en los otros, prefiriendo intimamente la volatilidad de casi todo. Salvo la familia, los amigos y el sueldo todos los meses, poco más queremos que perdure en nuestra vida, demasiadas cosas nos atemorizan o nos agobian. Pero mientras nazcan nuevos días, hay nuevas oportunidades.
Original y certero análisis.
Mejor situados = mejor educación = personas que buscan unos contenidos más "intelectuales".
Gente que sobrevive = Sardá/Buenafuente and Company = me dejo llevar por donde nuestra forma de vida quiere o me deja.
Con esto no estoy prejuzgando a ninguno de los dos grupos, son personas de igual valor humano, de hecho en nuestras familias o amigos tendremos de los dos tipos de esas personas. Pero...¿hay un círculo maléfico para consumir cultura basura y mantenernos adormilados?
¿Puede ser entonces INternet, eso, el último refugio de la cultura combativa y de la estética de altura en el arte?
Gonzalo.
Es fácil. Aunque la necesidad de expresión (pública) sea innata al ser humano, me resisto a creer en una sociedad donde el 100% de la población sea activa en esas lindes. Lo que si somos es consumidores de conocimiento, de información, y en menor parte de cultura o arte.
Y nuestra sociedad postindustrial ha sabido magistralmente arrastrarnos al consumo sin tregua de la información; además siempre es mucho más fácil apelar a nuestros instintos más bajos, por lo que a día de estamos inundados de esos asuntos (cotilleos, prensa rosa, violencia...). El capitalismo, por el momento, parece haber visto una menor oportunidad en los contenidos especializados, dirigidos a las elites pensantes (je je), pero tiempo al tiempo. Solo es cuestión de volumen.
Sin embargo, la revolución de Internet lo es en cuanto a la democratización del medio digital: la facilidad para que creadores, antes mudos, puedan elevar su voz y comunicar directamente con otros.
Ahora hay igual número de autores que de público puestos en contacto. Y los antiguos intermediadotes deben espabilar para buscar el negocio.
Como siempre. La clave son los contenidos.
Bueno, no estoy de acuerdo con la clasifición socioeconómica. Conozco a mucha gente con pocos recursos que disfruta de la lectura y la poesía; el problema es que alguien con pocos recursos económicos no puede gastar X dinero en libros al mes (son muy caros, salvo ediciones de bolsillo y la poesía rara vez se edita así). Esas personas, por su jornada laboral, a veces tampoco pueden ir a la biblioteca. Yo frecuento mucho una pública, y os aseguro que la gente que va no es de clase alta.
Creo que es un prejuicio consolidado, relacionar el bajo nivel económico con el bajo nivel cultural, el Hola lo compra gente con dinero, los mismos que publican las puestas de largo de sus hijos en las notas de sociedad.
Si los periódicos apostaran por píldoras literarias, estoy segura de que la gente se aficcionaría a la literatura, no creo que esté en manos de privilegiados.
Y tampoco puedo admitir la hipótesis de que la gente con menos recursos no piensa, lo que pasa es que no tienen tiempo ni dinero para blogs y tertulias literarias. Desde mi punto de vista el problema no es de los ciudadanos, sino del sistema, que obliga a pensar sólo en la supervivencia y en jornadas laborales de mínimo ocho horas, vivimos para trabajar y poco más.
Se me olvidaba. Hace poco en un curso, una chica comentaba que estaba terminando la carrera de música pero que iba a abandonarla para estudiar algo de lo que pudiera vivir. Había una mujer suiza que se sorprendió mucho de su decisión, cómo era posible que en este país no importara nada la elección de la persona, una mínima realización del individuo. Lo expresa muy bien un texto sobre los sueños que tengo en el blog www.desdelaluna.blogia.com. Está sacado de un libro de Savater con el que estoy completamente de acuerdo, "Invitación a la ética". Al leerlo dejé de sentirme un bicho raro por mis ideas sobre lo que debería ser el Estado.
Estoy bastante de acuerdo con vosotros, y cuando hablaba de clase sociales no lo hacía en el sentido marxista del término, entre otras razones porque ya no existe, te puedes encontrar a mucha gente de pocos recursos muy de derechas y nacionalistas de bandera convencidos, y a gente con muchos recursos que se pasan hablando de la izquierda mientras hacen contratos basura a sus trabajadores (yo conozco a 2 ó tres empresarios de Soria que hablan de lo progres que son maldiciendo que sus trabajadores hagan caso a los sindicatos)Pero salvada tal vez esa generalización, la ecuación sería:
menos tiempo para cultivarse = gente más copada por el modelo humano; gente más preparada = más tiempo para poner en entredicho el modelo. Dejando a parte gente con recursos o sin ellos.
En cuanto a la cantidad de elementos artísticos en el sistema que nos decía Felix, eso ya no es correcto, estamos asistiendo desde hace muchos años a la mayor abalancha de productos culturales, libros y productos estéticos artísticos de la historia, es decir existe el volumen, pero los receptores...prefieren Crónicas Marcianas a leer un libro de estética antes de acostarse, y nadie repito prejuzga esa decisión, nosotros podemos hacerlo porque estemos cansados por nuestro ritmo de vida.
Tiene más miga de lo que parece el debate, voy a intentar sacar una conclusión que me he dado cuenta según debatiamos.
Algo que no incluí en mi primer comentario y que ha abierto algo esta polémica es que mi planteamiento sería absurdo si quisiera ser determinista y radical, yo describo mi impresión de una tendencia, pero teniendo muy claro que hay muchos ejemplos contrarios. Sin ir más lejos, mi familia es humilde en recursos económicos y en mi casa no había muchos libros, y como yo mucha gente, todo depende de tu inclinación y tu voluntad (tampoco me considero demasiado culto, que conste). Pero sí creo que se pueden dibujar dos perfiles, independientemente de la búsqueda y la sensibilidad de cada uno. En la actualidad todos tenemos acceso a un nivel cultural medianamente alto si nos lo proponemos, lo que pienso es que para gran parte de la gente ese esfuerzo no les apetece gran cosa. En cambio, hay una parte viva de la cultura que sí depende en gran medida de la capacidad adquisitiva: exceptuando las proyecciones de películas americanas en los cines y poco más, la gran mayoría de espectáculos (cuyos precios frecuentemente son superiores a lo que se nos ofrece) como teatro, conciertos, ópera y otras vivencias como los viajes culturales tienen un público minoritario, sobre todo si lo analizamos como "consumidores habituales" de esta parte de la cultura.
El tema de si la cultura tiene o no que ver con el poder adquisitivo de una persona, fue tratado de manera muy profunda por ejemplo por lo poetas de la generación del 27, Garcia Lorca fue uno de los abanderados de hacer teatro para el pueblo y en los pueblos que no tenían teatro o acceso al mismo, criticando que la cultura debía llevarse a un estracto concreto de la población. Tal vez era la postura más radical del poeta bajo una bandera política determinada, pero su postura era sincera.
Hoy en día el debate ha cambiado ya que como se ha dicho, la mayoría (incluyendo a todas las clases sociales) tienen un acceso a la cultura por medio de los sistemas públicos (para algo se gastan las autonomías y ayuntamientos montones de millones en ignagurar centros culturales y bibliotecas)el problema, y ahí parece que se estaba centrando el análisis es que unos deciden formarse leyendo un tipo de cosas o viviendo un tipo de cosas, y otros prefieren no leer o ver televisión de puro entretenimiento, vamos a dejar a parte si los que deciden una cosa u otra son de este o aquel estracto social, pero lo que está claro que poner a 6 euros la entrada del museo del Prado no es una medida que ayude a los que tienen un sueldo más justo para poder disfrutar de la pintura, y no le hace ningún daño a quien le sobra el dinero.
Aún así, lo importante del debate, creo yo, es saber si la tendencia es leer más poesía o filosofía, o leer cada vez menos y ver más telebasura, si a pesar de haber acercado la cultura a todas las clases, estás prefieren, por su propio cansancio o modo de vivir consumir entretenimiento vacio es un mal síntoma de nuestro futuro. De hecho la raíz del problema puede estar en que mucha gente no quiere o no prefiere hablar del modo de vida, porque tienen que hablar de su propia conciencia a la hora de tomar decisiones, o tiene que acabar hablando de política cuando está la imagen de la misma muy deteriorada, lo cual es el círculo vicioso perfecto para callar ciertos temas en la sociedad y en las personas que tienen cierta inteligencia (de cualquier color político o clase social) y convertir el arte o la poesía en "esa cosillas que escriben los raros que no hacen daño al sistema porque no llegan a un gran publico". Es decir los intelectuales no hablan de política, no de partidos, porque podrían borrarles de la plantilla de tal o cual grupo, y los que no están en plantilla no hablan porque temen que les pongan una etiqueta política. El círculo perfecto para que cuando se junta un grupo de personas a pensar esten calladas sobre los temas que debería preocupar tanto a los de un lado como a los de otro.
De momento la historia demuestra que todo acaba saliendo y que el díalogo con respeto e inteligencia atrae más que rechaza, lo difícil es encontrar ese tipo de personas.
Nací en el seno de una familia, donde lo más importante era vivir. Los libros brillaban por su ausencia, quizás no se necesitaban. La fantasía de mi madre, pulida por años de imaginación, estimulaba la curiosidad de mis hermanos y la mía propia.
Recuerdo todos los buenos momentos hablando de ética, sin saber lo queera, de filosofía sin darle ese nombre.
Crees que por ello no tengo derecho a tener un nivel cultural digno, piensas que solo soy un pobrecito ignorante porque no he tenido habilidades lecto-escritoras como tu.
La gente que más me ha aportado en mi vida, ha sido precisamente aquella cuyas palabras nacían de la simplicidad y lo espontáneo. La pedantería más absurda y pretenciosa la tenían aquellos, que supuestamente, dominaban el lenguaje, sus palabras huecas me dejaban indiferentes.
Me he pasado mucho tiempo en bares, hablando con personas que contaban historias con estructuras narrativas irreprochables, fascinado por su manejo de las palabras. Posiblemente vean mucha televisión y no lean nada, pero ello no invalida su pasión por contar.
Yo, cierto es, he leído algo, pero también he visto mucha televisión y he leído todas las revistas del corazón que mi madre traía con toda la ilusión del mundo.
Quizás no tenga tu nivel, pero termine dos carreras y me han publicado dos libros sobre temas de divulgación, he escrito guiones, diseño paginas Web, doy clases a muchas personas sin recursos.
En fin me considero un ignorante feliz, que tengo que seguir aprendiendo de las personas, de los libros, la tele y las revistas del corazón.
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