jueves, marzo 31, 2005

La literatura HOY

Incorporo esta reflexión a la parrilla común del Caleidoscopio. Espero que ayude un poquitín a alimentar la comunidad, sino a indigestarla.

Pongamos esta situación real sobre la mesa.

Más bocas que oídos, más gente que escribe a la que lee. ¿Cuántos Cervantes estarán voceando prácticamente afónicos por el esfuerzo?

Luego pues: Presentarse a un concurso donde hay 9999 participantes. Estoy subscrito a una lista (el canto de la sirena o algo así) donde los propios escritores se votan entre si para ver quién es él mejor (a partir de ahora borraré todos los mensajes, y claro está, que ni se me ocurra participar en la elección por no leer todos los 9999 cuentos). O auto-escribir, como quien se degüella y una vez, con las tripas al aire, las vomita. ¿A qué da asco, verdad?

No way. Sin salida.

¿Acumular una colección de novelas fascinantes escritas a tricotosa? Tomo tras tomo, amorosamente ordenados en las alacenas del salón. Os lo juro, nos los lee ya ni mi mujer.

No way. Sin salida.

Hay otra cosa que no entiendo: Dicen que en este país que ya nadie lee, pero los pocos Quijotes que lo hacemos siempre nos acompañamos de Sancho Panza para que nos escriba. Será eso. Así que, elevo mi voz, bien alto, y hasta donde llegue, me proclamo especie en extinción del lector-escritor. Y ahora busco Rocinante.

Jolines. Estoy solo en la oficina. Menos mal que me queda Internet para daros la brasa sine die.

Ya está, tengo la solución, entonces juguemos al sabio, al antiguo trueque. ¿Qué os parece hermanos? El juego de yo leo/tú me lees. Yo aprendo. Tu también. Y no importa escribir sino leer/escribir/leer o al menos escribir/leer/escribir. En círculos concéntricos...

......

El camino es hermoso, luce el sol fuera, y la Mayéutica resulta infinita.

3 Comments:

At 9:32 a. m., Blogger Juan Carlos said...

Totalmente de acuerdo, Félix. No se puede evitar sentir esa zozobra del para qué cuando uno escribe historias que llevan mucho tiempo, y en realidad este ejercicio que hacemos en Internet resulta vivificante. El futuro son cuatro oportunidades ante las que respondemos como podemos, y ésta es una de ellas. A disfrutarlo.

 
At 9:59 a. m., Blogger GVG said...

FElix, me has dado en el higado, la historia conoce estos periodos, cuando por ejemplo ser fundaron en el XIX los llamados clubs y salones de la poesía, porque todo DIOS tenía algo que escribir con rima, y se hacían los famosos concursos hablados de poesía en cada pueblo y ciudad, pero al final sólo hubo una generación del 98 y otra del 27, y un Perez Galdos, y eso sí, suficientes lectores de poesía, teatro o novela, eso si que ha cambiado.

En la brecha

 
At 7:10 p. m., Blogger Fernando Díaz said...

Sí, si, si.

 

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