A través del espejo
“El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve” (Antonio Machado)
¡Hagan juego señores!
La ruleta de la fortuna, gira que te gira, avanza para alcanzar ya su tercera vuelta, y les regala nuestro tercer número: porque esta vez nos hemos transformado en espejos, sí, créanselo. Todos Vds. habrán leído a Lewis Caroll, tal vez recuerden a Heráclito, pero tengan cuidado, que nuestro nuevo número de Caleidoscopio de Ideas no solo va por esos andurriales. Es ocioso mirar a través del vidrio, que las historias son permeables, y sin querer se nos sueltan, parecen perrillos sin cadenas: es la invitación a la disipación nocturna, a la reunión disoluta de una groupe de escritores sin futuro, de poemas de barra de bar, de mil y una vidas imaginadas, de oraciones y despertares, son 2950 gramos de una vida recibida frente a otros, los sueños de despedida, son mantras para hurgarnos las entretelas y son también imaginaciones sometidas.
Hablamos de todas estas cosas, pero todavía hay más. Hemos inaugurado una sección que bautizamos "Los malditos": los textos de nuestros malditos favoritos (la biografía de F. Scott Fitzgerald está marcada por el alcohol y Allen Ginsberg no es precisamente un ejemplo de tierno poeta colegial) que nos gustaría compartir con Vds. Ah, esperamos sus recomendaciones.
Y nada más. No les entretenemos. Descárguense el fichero y reserven la próxima hora en su agenda. No atiendan el teléfono. No salgan de casa. Y sepan que nuevos y mayores cambios se avecinan para nuestra revista, y que estos cambios siempre serán buenos si les tenemos con nosotros, por allá fuera, leyéndonos.
[Picasso Muchacha ante el espejo Óleo sobre lienzo 162, 3 x 130, 2 cm Museum of Modern Art, NYC]